Genial y divertida. Humor al estilo Tarantino e interpretación fantástica de los protagonistas.
Ambientada en el Sur de los Estados Unidos, dos años antes de estallar la Guerra Civil, el Dr. King Schultz (Christoph Waltz) es un caza-recompensas de origen alemán que sigue la pista de unos asesinos: los hermanos Brittle. Para lograr su objetivo busca la ayuda de un esclavo llamado Django (Jamie Foxx). El poco ortodoxo Schultz se hace con Django bajo la promesa de dejarlo en libertad una vez que hayan capturado a los Brittle – vivos o muertos.
El éxito en su misión hace que el doctor libere al esclavo, pero ambos optan por no separarse y seguir el mismo camino. De esta forma, con la ayuda de Django, Schultz emprende la búsqueda y captura de los delincuentes más buscados del Sur. Perfeccionando sus aptitudes como cazador, Django se mantiene centrado en una única meta: hallar y rescatar a Broomhilda (Kerry Washington), la esposa que le fue arrebatada por el tráfico de esclavos muchos años atrás.
Lo mejor de la película es que te atrapa desde el minuto uno y no te suelta en ningún momento. Es difícil de describir pero se podría decir que lo tiene todo aventura, amor, humor y, por supuesto, mucho de Tarantino, el único que hace que hasta un asesinato a sangre fría pueda parecerme divertido y gracioso. Por otra, también cabe destacar la genial interpretación de Christoph Waltz. Claro que Samuel L. Jackson y Jamie Foxx tampoco se quedan cortos.
Técnicamente la película hace muchos guiños a las películas antiguas del Oeste destacando los títulos llamativos a la vieja usanza.
En resumen diría que es una cita obligada al cine y con los tiempos que corren creo que decir esto es todo un halago.