Historia de amor diferente que demuestra que las segundas oportunidades existen y también eso que se suele decir de que el amor a veces aparece cuando menos te lo esperas.
Tras pasar ocho meses en una institución mental por agredir al amante de su mujer, Pat (Bradley Cooper) vuelve con lo puesto a vivir en casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver). Determinado a tener una actitud positiva y recuperar a su ex-mujer, el mundo de Pat se pone del revés cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con ciertos problemas y no muy buena fama en el barrio. A pesar de su mutua desconfianza inicial, entre ellos pronto se desarrollará un vínculo muy especial que les ayudará a encontrar en sus vidas el lado bueno de las cosas.
Aunque esta película cumple con algunos tópicos típicos de las comedias románticas no es la misma historia de siempre y, en este caso, se ha querido dar una vuelta de tuerca a lo que el cine de Hollywood suele vendernos y apuesta por unos personajes protagonistas complejos y, porque no decirlo, un poco trastornados que encuentran el uno en el otro la compañía que necesitan. Lo mejor de la cinta son los toques de humor, a veces un tanto ácido y las situaciones disparatadas.
Hay que destacar la interpretación de Jennifer Lawrence como Tiffany, papel que le ha válido la nominación a los Óscar como Mejor Actriz y la de Bradley Cooper como Patt, que también ha sido nominado como Mejor Actor, ambos estupendos en sendos papeles y sobretodo por la complicidad y la química que consiguen. Y también las 8 nominaciones a los Oscars entre las que figuran las de Mejor Película y Mejor Director.
En resumen es una comedia romántica con un buen guión y unos personajes muy bien interpretados. Divertida y entretenida.